Blogia
LOS PUERTOS GRISES

Poesía

Eladia Blázquez

Eladia Blázquez Honrar la vida

No, permanecer y transcurrir
no es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida.
Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia sin saber,
adormecida.
Merecer la vida no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas.
Es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad más definida.
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida.
No, permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
honrar la vida.
Hay tanta pequeña vanidad
en nuestra tonta humanidad
enceguecida…
Merecer la vida es erguirse vertical
más allá del mal, de las caídas.
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad
la bienvenida.

Con las alas del alma.

Con las alas del alma desplegadas al viento
desentraño la esencia de mi pobre existencia
sin desfallecimiento,
y me digo que puedo como en una constante
y me muero de miedo, pero sigo adelante.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
porque aprecio la vida en su justa medida
al amor lo reinvento.
Y al vivir cada instante y al gozar cada intento,
sé que alcanzo lo grande,
con las alas del alma desplegadas al viento.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá del asombro me levanto entre escombros
sin perder el aliento
y me voy de las sombras con algún filamento
y me subo a la alfombra con la magia de un cuento.
Con las alas del alma desplegadas al viento
atesoro lo humano cuando tiendo las manos
a favor del encuentro
por la cosa más pura con la cual me alimento
por mi pan de ternura
con las alas del alma desplegadas al viento.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
ante cada noticia de estupor, de injusticia,
me desangro por dentro
y me duele la gente, su dolor, sus heridas,
porque así, solamente, interpreto la vida.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá de la historia, de las vidas sin gloria,
sin honor ni sustento,
guardaré del que escribe su mejor pensamiento.
Quiero amar a quien vive
con las alas del alma desplegadas al viento.

Prohibido prohibir

No se puede prohibir ni se puede negar
el derecho a vivir, la razón de soñar…
No se puede prohibir el creer ni el crear,
ni la tierra excluir, ni la luna ocultar…
No se puede prohibir ni una pizca de amor,
ni se puede eludir que retoñe la flor…
Ni del alma el vibrar ni la vida en su andar…
ni del pulso el latir. No se puede prohibir.
No se puede prohibir la elección de pensar
ni se puede impedir la tormenta en el mar…
No se puede prohibir que en un vuelo interior
un gorrión, al partir, busque un cielo mejor…
No se puede prohibir el impulso vital
ni la gota de miel ni el granito de sal…
Ni las ganas sin par ni el deseo sin fin
de reír, de llorar. No se puede prohibir.
No se puede prohibir el color tornasol
de la tarde, al morir en la puesta de sol.
No se puede prohibir el afán de cantar
ni el deber de decir lo que no hay que callar…
Sólo el hombre, incapaz de entender, de sentir,
ha logrado, al final, su grandeza prohibir.
Y se niega al sabor y la simple verdad
de vivir en amor y en total libertad…
Si tuviese el poder de poder decidir…
dictaría una ley: ¡Es prohibido prohibir!

Joan Manuel Serrat

Joan Manuel Serrat

Hoy puede ser un gran día 

Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.

Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.

No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.

Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol,
y no dosifiques los placeres,
si puedes, derróchalos.

Si la rutina te aplasta
dile que ya basta de mediocridad,
hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.

Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar,
un ejemplar único,
no lo dejes escapar.

Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para ti,
no lo mires desde la ventana
y siéntate al festín.

Pelea por lo que quieres
y no desesperes si algo no anda bien,
Hoy puede ser un gran día,
¡y mañana también! 
 

Manuel 

Le llamaban Manuel, nació en España,
su casa era de barro, de barro y caña.
Las tierras del señor humedecían
su sudor y su llanto, día tras día.
Mendigo a jornal fijo como él no hubo
entre olivos y trigos, por un mendrugo.
Su casa era de barro, de barro y caña,
le llamaban Manuel, nació en España.

Le llamaban Manuel, nació en España,
su mundo era otro mundo, tras la montaña.
Del amo eran las tierras, camino abajo
las moras y las flores de los ribazos.
La mula y los arreos, el pan y el vino,
los árboles, las piedras y los caminos.
Su mundo era otro mundo, tras la montaña,
le llamaban Manuel, nació en España.

Le llamaban Manuel, nació en España,
ella guardaba un hijo en sus entrañas.
Nunca nada fue suyo, nada tuvieron,
por eso lloró tanto cuando murieron.
Él con sus propias manos cavó la fosa
sepultando sus sueños junto a la esposa.
Ella guardaba un hijo en sus entrañas.
Le llamaban Manuel, nació en España.

Le llamaban Manuel, nació en España,
le vieron alejarse una mañana.
Del amo era el olivo donde lo hallaron
y la soga de esparto que desataron.
Y el pedazo de tierra donde hoy se pudre
y el trigo que en la tierra se tumba cubre.
La vieron alejarse una mañana.
Le llamaban Manuel, nació en España. 
 

Mi niñez 

Tenía diez años y un gato
peludo, funámbulo y necio
que me esperaba en los alambres del patio
a la vuelta del colegio.

Tenía un balcón con albahaca
y un ejército de botones
y un tren con vagones de lata
roto entre dos estaciones.

Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines
y una historia a quemar temblándome en la piel.

Era un bello jinete
sobre mi patinete
burlando cada esquina
como una golondrina
sin nada que olvidar
porque ayer aprendí a volar,
perdiendo el tiempo de cara al mar.

Tenía una casa sombría,
que madre vistió de ternura
y una almohada que hablaba y sabía
de mi ambición de ser cura.

Tenía un canario amarillo
que sólo trinaba su pena
oyendo aquel viejo organillo
o mi radio de galena.

Y en julio, en Aragón,
tenía un pueblecillo
una acequia, un establo
y unas ruinas al sol.
Al viento los ombligos
volaban cuatro amigos
picados de viruela
y huérfanos de escuela,
robando uva y maíz
chupando caña y regaliz.
Creo que entonces yo era feliz.

Tenía cuatro Sacramentos
y un ángel de la guarda amigo
y un "Paris Hollywood"
prestado y mugriento
escondido entre mis libros.

Tenía una novia morena
que abrió a la luna mis sentidos
jugando los juegos prohibidos
a la sombra de una higuera.

Crucé por la niñez
imitando a mi hermano.
Descerrajando el viento
y apedreando el sol.

Mi madre crió canas
pespunteando pijamas,
mi padre se hizo viejo
sin mirarse al espejo,
y mi hermano se fue
de casa, por primera vez.
Y ¿dónde fue mi niñez? 
 

Mediterráneo 

Quizás porque mi niñez
sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por dondequiera que vaya,
y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo, que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno
que han vertido en ti cien pueblos
de Algeciras a Estambul
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino.
Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero.

Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo.

Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea
te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea
que se añora y se quiere
que se conoce y se teme.

Ay, si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista.

Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo. 
 

Soneto a mamá 

No es que no vuelva porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina,
De lejos, dicen que se ve más claro,
que no es igual quien anda y quien camina.

Y supe que el amor tiene ojos verdes,
que cuatro palos tiene la baraja,
que nunca vuelve aquello que se pierde
y la marea sube y luego baja.

Supe que lo sencillo no es lo necio,
que no hay que confundir valor y precio
y un manjar puede ser cualquier bocado

Si el horizonte es luz y el rumbo un beso,
no es que no vuelva porque te he olvidado....
es que perdí el camino de regreso,

Mamá.... 
 

A quien corresponda 

Un servidor
Joan Manuel Serrat,
casado, mayor de edad,
vecino de Camprodón, Girona.
Hijo de Ángeles y de Josep,
de profesión cantautor
y natural de Barcelona,
según obra
en el registro civil,
hoy, lunes, 20 de Abril de 1981
con las fuerzas de que dispone
atentamente expone
dos puntos:

Que las manzanas no huelen
que nadie conoce al vecino,
que a los viejos se les aparta
pues de habernos servido bien.

Que el mar está agonizando
que no hay quien confíe en su hermano,
que la tierra cayó en manos
de unos locos con carnet.

Que el mundo es de peaje y experimental,
que todo es desechable y provisional.

Que no nos salen las cuentas,
que las reformas nunca se acaban,
que llegamos siempre tarde,
donde nunca pasa nada.

Por eso
y muchas deficiencias más,
que en un anexo se especifican,
sin que sirva de precedente,
respetuosamente
suplica

Se sirva tomar medidas
y llamar al orden a esos chapuceros,
que lo dejan todo perdido
en nombre del personal.

Pero hágalo urgentemente
para que no sean necesarios,
mas héroes ni mas milagros
para adecentar el local.

No hay otro tiempo que el que nos ha tocado,
acláreles quién manda y quién es el mandado.

Y si no tuviera en su mano
poner coto a tales desmanes,
mándeles copiar cien veces
"esas cosas no se hacen".

Gracia que espera merecer
del recto proceder,
de quien no suele llamarse a engaño,
a quien Dios guarde muchos años, Amén. 
 

A usted 

A usted que corre tras el éxito
ejecutivo de película,
hombre agresivo y enérgico
con ambiciones políticas.

A usted que es un hombre práctico
y reside en un piso céntrico,
regando flores de plástico
y pendiente del teléfono.

A usted que sabe de números
y consta en más de un nómina,
que ya es todo un energúmeno
con una posición sólida.

¿No le gustaría
no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego
que mejor juega
y que más le gusta?

¿No le gustaría
ser capaz de renunciar
a todas sus pertenencias,
y ganar la libertad
y el tiempo que pierde
en defenderlas?

¿No le gustaría
dejar de mandar al prójimo,
para exigir
que nadie lo mande lo mas mínimo?

¿No le gustaría acaso
vencer la tentación,
sucumbiendo de lleno
en sus brazos...?

Antes que les den el pésame
a sus deudos, entre lágrimas,
por su irreparable pérdida
y lo archiven bajo una lápida.

¿No le gustaría
no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego
que mejor juega
y que más le gusta?

¿No le gustaría
ser capaz de renunciar
a todas sus pertenencias,
y ganar la libertad
y el tiempo que pierde
en defenderlas?

¿No le gustaría
dejar de mandar al prójimo,
para exigir
que nadie lo mande lo mas mínimo?

¿No le gustaría acaso
vencer la tentación,
sucumbiendo de lleno
en sus brazos...? 
 

Esos locos bajitos 

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós. 
 

Penélope 

Penélope
Con su bolso de piel marrón.
Y sus zapatos de tacón.
Y su vestido de domingo.

Penélope,
se sienta en un banco en el andén.
Y espera que llegue el primer tren.
Meneando el abanico.

Dicen en el pueblo, que un caminante paró
su reloj
una tarde de primavera.

Adiós, amor mío, no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.

Piensa en mí
volveré
por ti.

Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.

Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
No hay un sauce en la calle mayor
para Penélope.

Penélope
tristes a fuerza de esperar
sus ojos parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.

Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.

Dicen en el pueblo que el caminante volvió
la encontró
en su banco de pino verde.
La llamó Penélope, mi amante fiel, mi paz
deja ya
de tejer sueños en tu mente.

Mírame
soy tu amor,
regresé...
Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer.

No era así su cara, ni su piel
tú no eres quien yo espero
y se quedó
con su bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.
Penélope.... 
 

Algo personal 

Probablemente en su pueblo
se les recordará
como cachorros de buenas personas
que hurtaban flores
para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe ser verdad
aunque es más turbio;
cómo y de qué manera
llegaron esos individuos
a ser lo que son
ni a quien sirven
cuando alzan las banderas.

Hombres de paja
que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intensiones
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo
hay algo personal.

Rodeados de protocolo,
comitiva y seguridad
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias,
a mentir con naturalidad
a colgar en las escuelas
su retrato.

Se gastan más de lo que tienen
en coleccionar espías,
listas negras y arsenales.
Resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que
la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes
en el nombre de la paz
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es de el otro
si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo
hay algo personal.

Y como quien en la cosa
nada tiene que perder
pulsan la alarma y rompen las promesas.
Y en nombre de quien no tienen
el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.

Se agarran de los pelos
pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos
de masacrar, sofisticados
y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre
cuando pierden el control
ni recuerdan que en el mundo hay niños
nos niegan a todos
el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo
hay algo personal.

Pero eso sí, los sicarios
no pierden ocasión
de declarar públicamente
su empeño en propiciar
un día luego de franca distensión
que les permita hallar un marco previo.

Que garantice unas premisas mínimas,
que faciliten crear los resortes,
que impulsen un punto de partida
sólido y capaz de este a oeste
y de sur a norte
donde establecer las bases
de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz. 
 

Bienaventurados 

La vida te la dan
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te apene.
Así ha sido desde que
Dios echó al hombre del Edén,
por confundir
lo que está bien
con lo que le conviene.

Si a plazos o al contado
la vida pasa factura
rebana y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura
todo infortunio esconde alguna ventaja.

Bienaventurados los necios
que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa
de los errores ajenos.

Bienaventurados los pobres
porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.

Bienaventurados los adictos a emociones fuertes
porque corren buenos tiempos para la gente marchosa.

Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de que va la cosa.

Bienaventurados los que alcancen la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.

Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos.

En cualquier circunstancia
por lastimosa que sea
busca la manera
de comer perdices
que a pesar de lo alto que
nos coloquen el listón,
hay que brincar
con la intención
de ser felices.

Bienaventurados los castos
porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo
a la vuelta de la esquina.


Bienaventurados los que aman
porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance.

Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante
sólo cabe ir mejorando.

Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones
para demostrarlo.

Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez, alguien hizo algo por ellos.

Bienaventurados los que lo tienen claro
porque de ellos es el reino de los ciegos. 
 

Detrás, está la gente 

Detrás de los héroes y de los titanes,
detrás de las gestas de la humanidad
y de las medallas de los generales.
Detrás de la Estatua de la Libertad.

Detrás de los himnos y de las banderas.
Detrás de la hoguera de la Inquisición.
Detrás de las cifras y de los rascacielos.

Detrás de los anuncios de neón.

Detrás, está la gente
con sus pequeños temas,
sus pequeños problemas,
sus pequeños amores.

Con sus pequeños sueldos,
sus pequeñas campañas,
sus pequeñas hazañas,
y sus pequeños errores.

Detrás del Quijote y de Corín Tellado,
de Miss Universo y del Escorial.
Detrás de Hiroshima y del Vaticano,
detrás de la víctima y del criminal.

Detrás de la mafia y de la policía.
detrás del Mesías y de Wall Street.
Detrás del Columbia y de la heroína.
detrás de Goliat y de David.

Cada uno a su manera
cada quien con sus modos,
detrás estamos todos,
usted, yo y el de enfrente.

Detrás de cada fecha,
detrás de cada cosa,
con su espina y su rosa
detrás, está la gente. 
 

Toca madera 

Nada tienes que temer
al mal tiempo buena cara,
la constitución te ampara,
la justicia te defiende,
la policía te guarda,
el sindicato te apoya,
el sistema te respalda
y los pajaritos cantan
y las nubes se levantan.

Cruza los dedos
toca madera,
no pases por debajo de esa escalera
evita el trece,
y al gato negro
no te levantes
con el pie izquierdo.

Y métete en el bolsillo
envuelta en tu carta astral
una pata de conejo,
por si se quiebra un espejo
o se derrama la sal.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo,
ni se te ocurra vestirte de amarillo,
y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el no hay billetes,
recuerda que pisar mierda
trae buena suerte.

Nada tienes que temer
arriba los corazones,
nada tienes que temer
pero nunca están de más
ciertas precauciones,
cruza los dedos, toca madera
no pases por debajo de esa escalera
y evita el trece y al gato negro,
no te levantes con el pie izquierdo.

Que también hacen la siesta
los árbitros y los jueces,
con tu olivo y tu paloma
camina por la maroma
entre el amor y la muerte.

Y vigila el horóscopo
y el biorritmo,
ni se te ocurra vestirte de amarillo,
y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el no hay billetes,
recuerda que pisar mierda
trae buena suerte.

Y ajústate los machos,
respira hondo,
traga saliva,
toma carrera,
y abre la puerta,
sal a la calle,
cruza los dedos,
toca madera. 
 

El hombre y el agua 

Si el hombre es un sueño
el agua es el rumbo,
si el hombre es un pueblo
el agua es el mundo.

Si el hombre es recuerdo
el agua es memoria,
si el hombre esta vivo
el agua es la vida.

Si el hombre es un niño
el agua es Paris,
si el hombre la pisa
el agua salpica
cuídala como cuida ella de ti.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar.

Agua, barro en el camino,
agua que esculpes paisajes,
agua que mueves molinos,
agua que me da sed nombrarte,
agua que le puedes al fuego,
agua que agujereas la piedra,
agua que estas en los cielos
como en la tierra.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar. 
 

Utopía 

Se echó al monte la utopía
perseguida por lebreles
que se criaron en sus rodillas,
y que al no poder seguir su paso
la traicionaron, y hoy funcionarios
del negociado de sueños, dentro de un orden
son partidarios de capar
al cochino para que engorde.

¡Ay! Utopía,
cabalgadura que nos vuelve
gigantes en miniatura.
¡Ay! Utopía,
dulce como el pan nuestro
de cada día.

Quieren prender a la aurora
porque llena la cabeza de pajaritos,
embaucadora que encandila
a los ilusos y a los benditos,
por hechicera,
que hace que el ciego vea y el mudo hable,
por subversiva,
de los que está mandado, mande quien mande.

¡Ay! Utopía
incorregible que no tiene
bastante de lo posible.
¡Ay! Utopía
que levanta huracanes
de rebeldía.

Quieren ponerle cadenas,
pero, quien ¿es quien pone puertas al monte?
no pases pena,
que antes que lleguen los perros,
será un buen hombre el que la encuentre,
y la cuide hasta que lleguen mejores días.
Sin utopía...
la vida sería un ensayo para la muerte.

¡Ay! Utopía,
¡cómo te quiero!
porque les alborotas el gallinero.
¡Ay! Utopía,
que alumbras los candiles
del nuevo día. 
 

Niño silvestre 

Hijo del cerro presagio de mala muerte,
niño silvestre
que acechando la acera viene y va.

Niño de nadie
que buscándose la vida,
desluce la avenida
y le da mala fama a la ciudad.

Recién nacido
con la inocencia amputada,
que en la manada
redime su pecado de existir.

Niño sin niño
indefenso y asustado,
que aprende a fuerza de palos
como las bestias a sobrevivir.

Niño silvestre
lustrabotas y ratero
se vende a piezas o entero,
como onza de chocolate.

Ronda la calle
mientras el día la ronde,
que por la noche se esconde
para que no le maten.

Y si la suerte
por llamarlo de algún modo,
ahuyenta al lobo,
y le alarga la vida un poco más.

Si el pegamento
no le pudre los pulmones,
si escapa de los matones,
si sobrevive al látigo,
quizás llegue hasta viejo
entre cárceles y fierros,
sembrando el cerro
de más niños silvestres, al azar.

Y cualquier noche
en un trabajo de limpieza
le vuele la cabeza
a alguno de ellos sin pestañear. 
 

La gente va muy bien 

La gente va muy bien
en cualquier acto público,
para llenar la cancha
y hacer la ola.

La gente va muy bien
para ilustrar catálogos,
para consumir mitos
y seguir la moda.

La gente va muy bien
para construir pirámides,
para tirar del carro
y hacer el amor.

La gente va muy bien
para formar ejércitos,
y para dar ambiente
¡viva la gente!

La gente va muy bien
para contarles cuentos,
para darles porrazos
y venderles ungüentos.

La gente va muy bien....
la gente va muy bien,
para decir que "si"
para decir "amén"

La gente va muy bien
como ejemplo de bípedo,
que llora, se enamora
y usa zapatos.

La gente va muy bien
para suscribir pólizas,
acatar las consignas
y pagar el pato.

La gente va muy bien
como dato estadístico,
anónimos comparsas
de este culebrón.

La gente va muy bien
yo puedo asegurárselo,
conozco a esos plebeyos...
¡soy uno de ellos!

La gente va muy bien
para aplaudir al jefe,
animar el paisaje
y preservar la especie.

La gente va muy bien....
la gente va muy bien,
para decir que "si"
para decir "amén"

La gente va muy bien...
la gente va muy bien,
la gente va muy bien...
pero que muy bien.
La gente va muy bien
para decir que "si"

Y por eso también...
La gente va muy bien
para enjugar las lágrimas,
para darse un abrazo
y entrar en calor.

La gente va muy bien
para vencer obstáculos,
para darnos sorpresas,
recobrar la memoria
y emplear la cabeza,
para cambiar la historia
y unidos buscar el camino
que lleva al Edén,
la gente va muy bien.
 

León Gieco

León Gieco

Su nombre completo es Raúl Alberto Antonio Gieco. Nació el 20 de noviembre de 1951 en una chacra del norte de Santa Fe. Cuando su familia se muda a Cañada Rosquín, un pueblo cercano, León  comienza a trabajar teniendo, apenas 8 años.

Hijo de una familia de inmigrantes y campesinos radicados en la zona central de Santa Fe, quizás de su padre -que tenía una orquesta de tangos y boleros- heredó la pasión por la música.

Un día de otoño, muy temprano en la mañana, León se apeó al tren en la estación de Retiro. Por todo equipaje llevaba una guitarra barata, un bolso de mano, nueve mil pesos y la dirección de alguien que había conocido en un show en Santa Fe.

Ya radicado en Buenos Aires, al año siguiente (1970), empieza a grabar su primer disco producido por Gustavo Santaolalla (actualmente residente en los Estados Unidos, devenido en uno de los productores más renombrados del rock latino).

Muchas de sus canciones fueron censuradas por los gobiernos autoritarios y las dictaduras a partir de 1974 y hasta 1982.

Así fue como comenzó esta larga carrera artística de músico popular y la proyección de su vasta obra discográfica.

Sólo le pido a Dios.

Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre,
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no se sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla,
después que una garra me arañó a esta suerte.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Todos los caballos blancos

Voy andando y siento el sol
de la tarde en mis espaldas
y en mi frente siento el sol
de la mañana.

Todos los caballos blancos
todos los caballos blancos
y el campo
y el campo y el campo.

Voy bajando por caminos
que cruzan las tierras mansas
qué bueno es olvidarse un poco
de la gente que nos roba y que nos mata.

Todos los caballos blancos
todos los caballos blancos
y el campo
y el campo y el campo.

En el país de la libertad.

Búsquenme donde se esconde el sol,
donde exista una canción.
Búsquenme a orillas del mar
besando la espuma y la sal.

Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad,
de la libertad.

Búsquenme donde se detiene el viento
donde haya paz o no exista el tiempo,
donde el sol seca las lágrimas
de las nubes en la mañana.

Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad,
de la libertad.
 

Hombres de hierro. 

Larga muchacho tu voz joven
como larga la luz el sol
que aunque tenga que estrellarse
contra un paredón
que aunque tenga que estrellarse
se dividirá en dos.

Suelta muchacho tus pensamientos
como anda suelto el viento
sos la esperanza y la voz que vendrá
a florecer en la nueva tierra.

Hombres de hierro que no escuchan la voz
hombres de hierro que no escuchan el grito
hombres de hierro que no escuchan el llanto.

Gente que avanza se puede matar
pero los pensamientos quedarán.

Puntas agudas ensucian el cielo
como la sangre en la tierra.
Dile a esos hombres que traten de usar
a cambio de las armas su cabeza.

Hombres de hierro que no escuchan la voz
hombres de hierro que no escuchan el grito
hombres de hierro que no escuchan el llanto.

Gente que avanza se puede matar
pero los pensamientos quedarán.
 

La cultura es la sonrisa. 

La cultura es la sonrisa que brilla en todos lados
en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro
solo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato

Ay, ay, ay, que se va la vida
mas la cultura se queda aquí

La cultura es la sonrisa para todas las edades
puede estar en una madre, en un amigo o en la flor
o quizás se refugie en las manos duras de un trabajador

La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias
ella espera mal herida, prohibida o sepultada
a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma

La cultura es la sonrisa que acaricia la canción
y se alegra todo el pueblo quien le puede decir que no
solamente alguien que quiera que tengamos triste el corazón.
 

Canción de amor para Francisca. 

En una casa del barrio San Pedro
Francisca muestra todo su cuerpo
pone el dinero entre sus senos
toma un vino negro y algunas ginebras

Viste de verde, viste de rosa
y se desviste muy silenciosa

Los lunes que no trabaja Francisca
con una canastita con flores y su hijita
van a correr por el monte
los caminos y los campos
ella dice que los besos
los gorriones y las flores
los lunes tienen más perfume

En una habitación del fondo de la casa
los hombres pasan, los hombres pasan
Nadie le ofrece algún trabajo
porque tienen miedo de quedarse sin ella
Piel de canela, ojos de pasto
cabellos largos y aliento a trigal

Los lunes que no trabaja Francisca
con una canastita con flores y su hijita
van a correr por el monte
los caminos y los campos
ella dice que los besos
los gorriones y las flores
los lunes tienen mas perfume.

Canción para Carito.

Sentado solo en un banco en la ciudad
con tu mirada recordando el litoral
tu suerte quiso estar partida
mitad verdad mitad mentira
como esperanza de los pobres prometida

Andando solo bajo la llovizna gris
fingiendo duro que tu vida fue de aquí
Por qué cambiaste un mar de gente
por donde gobierna la flor
mirá que el río nunca regaló el color

Carito, suelta tu pena
se haga diamante tu lágrima
entre mis cuerdas
Carito, suelta tu piedra
para volar como el zorzal
en primavera

En Buenos Aires los zapatos son modernos
pero no lucen como en la plaza de un pueblo
Deja que tu luz chiquitita
hable en secreto a la canción
para que te ilumine un poco más el sol

Cualquier semilla cuando es planta quiere ver
la misma estrella de aquel atardecer
que la salvó del pico agudo
refugiándola al oscuro
de la gaviota arrasadora de los surcos

Carito, yo soy tu amigo
me ofrezco árbol
para tu nido
Carito, suelta tu canto
que el abanico en mi acordeón
lo está esperando.
 

Cinco siglos igual 

Soledad sobre ruinas, sangre en el trigo
rojo y amarillo, manantial del veneno
escudó heridas, cinco siglos igual.

Libertad sin galope, banderas rotas
soberbia y mentiras, medallas de oro y plata
contra esperanza, cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la historia se cayó
como se caen las piedras aun las que tocan el cielo
o están cerca del sol o están cerca del sol.

Desamor desencuentro, perdón y olvido
cuerpo con mineral, pueblos trabajadores
infancias pobres, cinco siglos igual.

Lealtad sobre tumbas, piedra sagrada
Dios no alcanzó a llorar, sueño largo del mal
hijos de nadie, cinco siglos igual.

Muerte contra la vida, gloria de un pueblo
desaparecido. Es comienzo, es final
leyenda perdida, cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la historia se cayó
como se caen las piedras aun las que tocan el cielo
o están cerca del sol o están cerca del sol.

Es tinieblas con flores, revoluciones
y aunque muchos no están, nunca nadie pensó
besarte los pies, cinco siglos igual. 
  

María Elena Walsh

María Elena Walsh

María Elena Walsh nació el 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, suburbio de la ciudad de Buenos Aires. Caserón grande, con patios y gallinero, un pomerania negro, rosales, gatos, limoneros y naranjos y una higuera muy cómoda sobre cuyas ramas la hija rubia y pecosa de «un inglés del ferrocarril» leía durante la siesta de los mayores Los Tres Mosqueteros, Robinson Crusoe y La Cabaña del Tío Tom. Antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, a los diesisiete años, escribió su primer libro: Otoño Imperdonable, libro de poemas que mereciera el segundo premio Municipal de Poesía. Ya antes, en 1945, había publicado sus primeros versos en la legendaria revista El Hogar y en el suplemento literario de La Nación.

En 1948 viajó a los Estados Unidos invitada por Juan Ramón Jiménez y, unos años más tarde partió hacia Europa, radicándose en París durante cuatro años. Allí formó un dúo con Leda Valladares dedicándose a difundir el folklore argentino. Es en esa época cuando comienza a escribir poemas para niños.

Ya en 1959 comienza a escribir guiones para televisión, obras de teatro y canciones infantiles que, junto a las escritas para sus obras (Canciones para mirar, Doña Disparate y Bambuco, etc) son cantadas, generación tras generación, por todos los niños dispuestos a participar del mundo de fantasía e ingenio que ella les propone.

Serenata para la tierra de uno  

Porque me dueles si me quedo
pero me muero si me voy,
por todo y a pesar de todo, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Por tu decencia de vidala
y por tu escándalo de sol,
por tu verano con jazmines, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Porque el idioma de infancia
es un secreto entre los dos,
porque le diste reparo
al desarraigo de mi corazón.

Por tus antiguas rebeldías
y por la edad de tu dolor,
por tu esperanza interminable, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Para sembrarte de guitarra,
para cuidarte en cada flor
y odiar a los que te castigan, mi amor,
yo quiero vivir en vos. 
 

Como la cigarra  

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.

Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.

Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.

A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando. 
 

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Canción de cuna para gobernante  

Duerme tranquilamente que viene un sable
a vigilar tu sueño de gobernante.

América te acuna como una madre
con un brazo de rabia y otro de sangre.

Duerme con aspavientos, duerme y no mandes
que ya te están velando los estudiantes.

Duerme mientras arriba lloran las aves
y el lucero trabaja para la cárcel.

Hombres, niños, mujeres, es decir: nadie,
parece que no quieren que tú descanses.

Rozan con penas chicas tu sueño grande.
Cuando no piden casas, pretenden panes.

Gritan junto a tu cuna.
No te levantes aunque su grito diga: «Oíd, mortales».

Duérmete oficialmente, sin preocuparte,
que sólo algunas piedras son responsables.

Que ya te están velando los estudiantes
y los lirios del campo no tienen hambre.

Y el lucero trabaja para la cárcel.  

Mario Benedetti

Mario Benedetti

Nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de Toros, Tacuarembó, Uruguay, fruto del matrimonio entre Brenno Benedetti y Matilde Farugia. La economía familiar se vio seriamente afectada por un engaño que sufrió el padre de Mario y la familia se trasladó a Montevideo. Mario estudió en un colegio alemán. De esta experiencia, además de aprender el idioma, aprendió el gusto por el trabajo bien hecho y por la puntualidad.

En 1939 se fue a Bs.As. en donde, por un sueldo muy escaso y en unas condiciones bastante pobres, hizo también un poco de todo. De regreso en  Montevideo, consiguió un soñado puesto de funcionario en la Contaduría General de la Nación, donde iría ascendiendo poco a poco. El 23 de marzo de 1946 se casa con Luz López Alegre.

La relevancia como poeta la encontrará definitivamente con sus "Poemas de la oficina" que tendrá un rotundo éxito. Hasta que, en el año 1959, la Revolución Cubana marcará de manera definitiva su trayectoria política.Empezará entonces, un período de mayor participación y vivirá una frenética actividad en el periodismo, la literatura y la política. El golpe de estado uruguayo lo exiliará por multitud de países: Argentina, Cuba, España... aunque continuará escribiendo desde afuera.

En marzo de 1983 inicia su “desexilio” regresando al Uruguay.

Ahora vive a caballo entre Uruguay y España.

Poema frustrado 

Mi amigo
que es un poeta
convocó a los poetas.

Hay que escribir un poema
sobre la bomba atómica
es un horror,
nos dijo,
un horror horroroso,
es el fin es la nada,
es la muerte.

Nos dijo,
no es que te mueras sólo
en tu cama,
rodeado
del llanto y la familia,
del techo y las paredes.

No es que llegue una bala
perdida o encontrada
a cortarte el aliento,
a meterse en tu sueño.

No es que el cáncer te marque
te perfore,
te borre.

No es tu muerte,
la tuya,
la nada que ganaste,
es el aire viciado,
es la ruina de todo
lo que existe,
de todo.

Nadie llorará a nadie,
nadie tendrá sus lágrimas.

Y eso es lo más horrible,
la muerte sin testigos,
sin últimas palabras
y sin sobrevivientes.
La muerte toda muerte,
toda muerte.

¿Me entienden?

Hay que escribir un poema
sobre la bomba atómica.
Quedamos en silencio
con las bocas abiertas,
tragamos el terror
como saliva helada,
luego nos fuimos todos
a cumplir la consigna.

Juro que lo he intentado
que lo estoy intentando,
pero pienso en la bomba
y el lápiz se me cae
de la mano.

No puedo.

A mi amigo el poeta,
le diré que no puedo.

Pregón 

Señor que no me mira
mire un poco
Yo tengo una pobreza para usté

Limpia
nuevita
bien desinfectada
Vale cuarenta
Se la doy por diez

Señor que no me encuentra
busque un poco
mueva la mano
desarrime el pie
buesuqe en su suerte
en todos los rincones
piense en las muchas cosas
que no fue

Le vendo la pobreza
Es una insignia
En la solapa puede convencer
Qué cosas raras pasan en el mundo
usté tiene agua
yo no tengo sed

Tiene su cáscara
su dios
su diablo
su fe en los cielos
y su mala fe
Lo tiene todo menos la pobreza
Si no la compra
llorará después

Va como propaganda
como muestra
Quizá le guste y le coloque cien

Pobreza sin los pobres
por supuesto
ya que los pobres
nunca huelen bien

Pobreza abstracta
sin harapos
pulcra
noble al derecho
noble del revés
Pobreza linda para ser contada
después del postre
y antes del café

Señor que no me mira
mire un poco
Yo tengo una pobreza para usté
Mejor no se la vendo
Le regalo
la pobreza por esta única vez.

Corazón coraza 

Porque te tengo y no porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
Porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
Porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

Porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

Porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
Porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
Aunque esta herida duela como dos
Aunque te busque y no te encuentre
Aunque la noche pase y yo te tenga                  y no. 

Arco iris 

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

Sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
Caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

Sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

Y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin desesperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

Llorar
sólo llorar

Entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris.

Arte poética 

Que golpee y golpee
hasta que nadie
pueda hacerse el sordo

Que golpee y golpee
hasta que el poeta
sepa
o por lo menos crea
que es a él
a quien llaman.

Harapos 

Hay sólo una miseria
que se prende con uñas en el muro
y quisiera trepar
y a veces trepa

Una vasta miseria que nos mira
y junta su rencor
y nos invade

Por eso desde hoy y desde dentro
y a pesar de mi pan y de mi suerte
me siento miserable
como si nunca hubiera sonreído
o visto sonreír
Como si cuando sueño
mis ensueños
no encontraron lugar
bajo mis párpados

Ya no es la culpa higiénica
la desazón precaria
el relamido umbral
de la conciencia

Es mucho más

Ahora mi miseria
incluye el estrellarse
y usar todo el coraje para el miedo
y caer de rodillas
sin plegaria
y sentirse extranjero
y condenado
a no encontrar la brecha
a no encontrar la brecha.

Decir que no 

Ya lo sabemos
es difícil
decir que no
decir no quiero

Ver que el dinero forma un cerco
alrededor de tu esperanza
Sentir que otros
los peores
entran a saco por tu sueño

Ya lo sabemos
es difícil decir que no
decir no quiero

No obstante
cómo desalienta
verte bajar de tu esperanza
saberte lejos de ti mismo

Oírte
primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado

Y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco
abres la mano

y nunca más
puedes
             cerrarla.

Alguien 

Alguien limpia la celda
de la tortura
que no quede la sangre
ni la amargura

Alguien pone en los muros
el nombre de ella
ya no cabe en la noche
ninguna estrella

Alguien limpia su rabia
con un consejo
y la deja brillante
como un espejo

Alguien piensa hasta cuándo
Alguien camina
Suenan lejos las risas
una bocina
y un gallo que propone
su canto en hora
mientras sube la angustia
la voladora

Alguien piensa en afuera
que allá no hay plazo
piensa en niños de vida
y en un abrazo

Alguien quiso ser justo
no tuvo suerte
es difícil la lucha
contra la muerte

Alguien limpia la celda
de la tortura
lava la sangre pero
no la amargura.


Táctica y estrategia
 

Mi táctica es
                        mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
                      hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo             ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
                     ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
                        ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
                                    simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo             ni sé
con qué pretexto
por fin             me necesites.

Estados de ánimo 

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas 

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano 

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas 

Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones 

Una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces 

sereno en mi confianza
confiado en que una tarde
te acerques y te mires
te mires al mirarme.

No te salves 

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
                 no te salves
No te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
No te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

Pero si
              pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
                     Entonces
no te quedes conmigo.

Te quiero 

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

     Si te quiero es porque sos
     mi amor mi cómplice y todo
     y en la calle codo a codo
     somos mucho más que dos

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

     Si te quiero es porque sos
     mi amor mi cómplice y todo
     y en la calle codo a codo
     somos mucho más que dos

Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

Y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

Te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

     Si te quiero es porque sos
     mi amor mi cómplice y todo
     y en la calle codo a codo
     somos mucho más que dos.

Defensa de la alegría 

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
              y también de la alegría.

Por qué cantamos 

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil

Usted preguntará por qué cantamos

Si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza

Usted preguntará por qué cantamos

Si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro

Usted preguntará por qué cantamos

Cantamos porque el río esta sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino

Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota

Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta

Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.

Disidentes 

Los abruptos
pueden ser violentos
tozudos
y hasta sectarios
pero los
exabruptos
son siempre
resentidos.

Desaparecidos 

Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos,
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños, sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada

Nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos
Ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen

Cuando empezaron a desaparecer
hace tres cinco, siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro, y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo

Cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían

Están en algún sitio / nube o tumba
Están en algún sitio / estoy seguro
Allá en el sur del alma

Es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy, vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio

 

Armando Tejada Gómez

Armando Tejada Gómez

Nace en Mendoza, el 21 de abril de 1929, a orillas del zanjón Guaymallén. Hijo de Lucas Tejada, tropero, y de Florencia Gómez, casada a los 14 años. Hijo anteúltimo de 24 hermanos. Canillita, lustrador de zapatos, luego obrero de la construcción. A la muerte de su padre, con cuatro años, vive algunos meses en el campo, con su tía Fidela Pavón, quien le enseña las primeras letras. Es esa la única instrucción que recibió, pero, a los quince años adquiere un Martín Fierro y a partir de allí comienza a leer fervorosamente toda clase de lecturas, instruyéndose por su cuenta. Es entonces cuando comienza a despertarse su inquietud social, participando de jornadas de protesta, luchas obreras y políticas al mismo tiempo que comienza a expresarse a través de su poesía.
El gobierno militar instaurado en 1976 publica un listado de composiciones y autores prohibidos para su difusión en todo el ámbito de la república, donde figura su nombre y algunas de sus canciones más celebres. Declarado persona no grata por el gobierno de facto de la provincia de Santa Fe, es "deportado" a la provincia de Buenos Aires, en medio de la noche, luego de una frustrada actuación en la sala de la Lotería Provincial de dicha ciudad, en un festival a beneficio. Comienza así un largo periodo de oscurecimiento y ostracismo, prohibidas sus representaciones, la publicación de sus libros y la difusión de sus canciones. Sin embargo, la calidad de sus escritos lo hace merecedor de importantes reconocimientos.
Fallece en Buenos Aires, el 3 de noviembre de 1992.

El libro del viento

Mi canción es un libro
que se escribe con el viento
y una imprenta indeleble
-la guitarra del pueblo-,
a lo largo de América
lo imprime a cielo abierto.

Después, de boca en boca,
santo y seña del sueño,
va entre los hombres, cruza
las fronteras del miedo
y nombra al sometido
en su padecimiento.

Las muchachas azules,
los rudos marineros,
el labrador de pámpanos,
el quieto, el andariego,
andan con mi canción
sin posible sosiego.

Mi canción no le teme
al tumulto ni al fuego.
Todos pueden cantarla
y llevársela lejos.
Yo sé que cuando vuelva
tendrá un sonido nuevo.

¿Qué dice mi canción?
De todo en su momento:
asuntos de casados,
asuntos de solteros,
dolores, alegrías;
juglaría del viento.

Y si a veces estalla
en un grito violento
es porque al pueblo acallan
¡y duele ese silencio!
Hay un niño en la calle
A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Le digo amor, me digo, recuerdo que yo andaba
con las primeras luces de mi sangre, vendiendo
un oscura vergüenza, la historia, el tiempo,
diarios,
porque es cuando recuerdo también las presidencias,
urgentes abogados, conservadores, asco,
cuando subo a la vida juntando la inocencia,
mi niñez triturada por escasos centavos,
por la cantidad mínima de pagar la estadía
como un vagón de carga
y saber que a esta hora mi madre está esperando,
quiero decir, la madre del niño innumerable
que sale y nos pregunta con su rostro de madre:
qué han hecho de la vida,
dónde pondré la sangre,
qué haré con mi semilla si hay un niño en la calle.

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate,
transitar sus países de bandidos y tesoros
poniéndole una estrella en el sitio del hambre,
de otro modo es inútil ensayar en la tierra
la alegría y el canto,
de otro modo es absurdo
porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Dónde andarán los niños que venían conmigo
ganándose la vida por los cuatro costados,
porque en este camino de lo hostil ferozmente

cayó el Toto de frente con su poquita sangre,
con sus ropas de fe, su dolor a pedazos
y ahora necesito saber cuáles sonríen
mi canción necesita saber si se han salvado,
porque sino es inútil mi juventud de música
y ha de dolerme mucho la primavera este año.

Importan dos maneras de concebir el mundo,
Una, salvarse solo,
arrojar ciegamente los demás de la balsa
y la otra,
un destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último náufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque entonces las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas una mala palabra.

Cuando uno anda en los pueblos del país
o va en trenes por su geografía de silencio,
la patria
sale a mirar al hombre con los niños desnudos
y a preguntar qué fecha corresponde a su hambre
que historia les concierne, qué lugar en el mapa,
porque uno Norte adentro y Sur adentro encuentra

la espalda escandalosa de las grandes ciudades
nutriéndose de trigo, vides, cañaverales
donde el azúcar sube como un junco en el aire,
uno encuentra la gente, los jornales escasos,
una sorda tarea de madres con horarios
y padres silenciosos molidos en la fábricas,
hay días que uno andando de madrugada encuentra
la intemperie dormida con un niño en los brazos.

Y uno recuerda nombres, anécdotas, señores
que en París han bebido
por la antigua belleza de Dios, sobre la balsa
en donde han sorprendido la soledad de frente
y la índole triste del hombre solitario,
en tanto, sus señoras, tienen angustia y cambian
de amantes esta noche, de médico esta tarde,
porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo
y ellos son los accionistas de los niños descalzos.

Ellos han olvidado
que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños
que viven en la calle
y multitud de niños
que crecen en la calle.

A esta hora, exactamente,
hay un niño creciendo.

Yo lo veo apretando su corazón pequeño,
mirándonos a todos con sus ojos de fábula,
viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,
un relámpago trunco le cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido
como un niño en la calle...

Oración a la bandera

Quédate en el cielo, amor,
no bajes.
Aquí abajo, los grises
son tan grises
que, de algún modo gris,
van a ultrajarte.

Y sos tan linda allá,
tan nomeolvides,
-simple ademán de madre
por el aire-
que si caes, amor,
con la ternura
conque caen las hojas
de los árboles;
si llegas a caer,
acaso nunca
vuelvas a ser tan cielo
ni tan madre.

Déjanos a nosotros,
los humildes,
los que nunca te usamos
ni abusamos de tu inmenso
silencio planetario,
que cuidemos la altura
donde habitas,
celestemente hermosa,
como el aire.

Déjanos a nosotros.
De los otros,
es piadoso no hablarte.

Trapitos al sol

Qué decoro, doña Clara: ¡el ser pobre pero honrada!

Siempre empinada en su orgullo, la buena de doña Clara,
se desloma trabajando de la noche a la mañana.
de la mañana a la noche de la noche a la mañana.

Pero, pobre, a veces miente, para no mostrar la hilacha.
Suele mentir cuando dice: "En casa no falta nada”.

Piensa que tiene la culpa de ser pobre, doña Clara,
aunque deje hasta el resuello mientras lava que te lava
repitiendo a cuatro vientos: "En casa no falta nada”.

Su chico dejó la escuela, su chica está de mucama,
al alba salen los tres y es como un látigo el alba.

¡Qué clara bondad de pan, la bondad de doña Clara!
Con su piadosa mentira le lava al mundo la infamia
de la mañana a la noche, de la noche a la mañana.

De día se pone oscura, de noche se pone clara,
le falta cinco pa’l peso pero el peso no le alcanza.
¡Qué clara bondad de pan, la bondad de doña Clara!

Canción con todos

Salgo a caminar
por la cintura cósmica del sur,
piso en la región,
mas vegetal del viento y de la luz;
siento al caminar toda la piel de América en mi piel
y anda en mi sangre un río
que libera en mi voz su caudal.Sol de Alto Perú,
rostro, Bolivia, estaño y soledad,
un verde Brasil,
besa mi Chile, cobre y mineral;
subo desde el sur
hacia la entraña América y total,
pura raíz de un grito
destinado a crecer y a estallar.

Todas las voces todas,
todas las manos todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento;
canta conmigo canta,
hermano americano,
libera tu esperanza
con un grito en la voz.

Un grito de ida y vuelta

Es de andar el país que traigo el rostro
azotado de polen, azotado
por un mapa desmedido,
por una enormidad de olvido largo.

Pasan las estaciones como tumbas
mientras los trenes pasan
desvaneciendo ranchos y chilcales
y regiones de arena interminable.
A veces queda en la pupila, ardiendo,
la sal de una mirada
donde la muerte talla en la pobreza
algún niño de trapo,
y aquella vasta soledad que crece
en la geografía del espanto.

Vengo de andar país. No impunemente
tengo un país delante.
Su gaviota a mi puerta. Sus raíces
de guitarra en la sangre.
Por ser nomás, no soy. Soy si me incumbe
entera su distancia.
Ando territorial y amaneciendo
en el velamen de su madrugadas,
protagonista de su luz enorme
como una llamarada.

Por eso cuando vuelvo no me puedo
el silencio que me traigo.
De ver el país por dentro no me caben
los ojos en la cara:
rostros y voces, nombres y apellidos
me acosan preguntando
por el futuro que jamás empieza,
por la reforma agraria,
por las postergaciones y el bochorno
del latifundio rata,
por el sometimiento que nos urden
a espaldas del alba,
por el miedo animal que merodea
con sus brujas gendarmes,
por los niños que crecen casi inermes
entre tanta mentira organizada,
entre décadas de hambre y de desprecio
y discursos y salmos
que no cree ni dios porque ayer mismo
un niño murió de hambre
y en La Rural un toro batió todos
los récords de subasta
y en Inglaterra a Borges lo nombraron
doctor honoris causa.

Por eso cuando vuelvo demolido
de ver a mi país crucificado
estalla en mi guitarra como un grito
el silencio que traigo.

Geografía de la tonada

Desde una desmemoria de volcanes
se me arrojan las manos a palomas,
a pájaros se arrojan, a herederos,
desde una trepidante desmemoria,
con un ritmo quebrado en las mujeres,
en el codo frutal y en el jadeo:
amplias alas polares me sacuden
esta urgencia de silbos y de vértigos.

El son, digo el tambor, la avispa encinta
percutía en el árbol, retumbaba,
le mordía las piernas a la aurora,
a la infinita virgen de la escarcha,
se movía a cantar, a andar sonando
por un ancho rocío de campanas,
por la inmediata carne de la alondra,
que con un trópico sonoro adentro
subía a responder batiendo el alba.

Y la madera supo. Y supo el viento.
Y rechinó una fábula de cañas.
Perfiles a nacer, tímpano el tiempo,
acudieron a fuerza y a mansalva,
porque el sonido al fin, porque la sombra,
sabían del milagro y lo danzaban.
Rondaba el vegetal, crujía el brote
con el sol acoplado a las espaldas,
con duras cuñas de vigor en lo íntimo
y un diluvio de hongos y de malvas.

Desde entonces a mí: la esfera ciega,
la potencial succión, la llamarada,
la cadencia creciendo en locos círculos
sus gigantes de música en mi carne:
tanto como la piedra y siempre el agua
me aturden la guitarra con sus viajes,
emigran sus estrellas por mi boca,
pregonan sus rituales con mis manos.

Cuerpo ya, pentagrama transitable,
cerca del corazón queda la hierba.
Respiraré el aroma y el volumen
porque sin solidez, porque con aire,
porque con carne al viento y con arterias,
porque ya transitado y transitable,
me muero universal como la muerte:
igualitario, libre y nazco unánime,
aledaño a los pájaros, creciendo,
camarada animal subo a la vida
con vítores de sauces y magnolias,
sinfónico y alegre, saludando.

(Pachamama) Fragmento final

Estar. Permanecer.
Vertical.
Estar para el amor, simplemente, creando
el camino del hombre que estamos aguardando.

Me pierdo por los besos,
la canción,
los abrazos:
las brújulas brillantes, universales, blancas.
Llamo desde mis hombros las grandes resonancias
con un vaso de vida
chorreándome las manos.

Nunca más de rodillas,
nunca más a pedazos,
nunca más a la muerte
sin haber respirado.
Nunca más como topos,
nunca más acosados.
El hombre por sí mismo
hasta él mismo lanzado,
hasta su envergadura,
hasta el hombre soñado.
Nunca más a las armas,
nunca más al soldado.
Proyectarse hasta el otro,
hasta el mejor logrado.

Búscate por tu rostro,
lávate con mi canto.

Estoy en la esperanza.

Despertarás conmigo.

Con un pan y una estrella,
alumbrando los siglos.

Fuente: Página oficial Armando Tejada Gómez (www.tejadagomez.com.ar)

Hamlet Lima Quintana

Hamlet Lima Quintana

Hamlet Lima Quintana nació el 15 de setiembre de 1923 en la ciudad de Morón (Provincia de Buenos Aires, República Argentina) y en su obra plasmó los colores, los sabores, las personas, las costumbres de la pampa húmeda. Heredó de su familia la pasión por la poesía y la música: su padre escribía y su madre tocaba el piano. A partir de allí, hizo sus propias armas para consolidarse como uno de los más grandes creadores argentinos. Falleció el 21 de febrero de 2002 a los 78 años, víctima de un cáncer de pulmón.  

Gente

Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión  y los rosales;
que con sólo sonreír entre  los ojos
nos  invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con sólo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después,  como si nada.

Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.
 

A media pierna

Le pusieron un grillo a media pierna,
lo condenaron a vivir a medias,
le escondieron la paz, y la sonrisa,
le pusieron el pan a media rienda…
pero él seguía caminando.

Le vendieron la luna, cada noche,
lo fueron lentamente atornillando,
le tuvieron las manos ocupadas,
le sumaron la pena y las estafas…
pero él seguía caminando.

Le pusieron las piedras por delante,
le taparon la boca, por si acaso,
le abrieron una herida por la espalda,
le sumaron olvido a la condena…
pero él seguía caminando.

De lejos, bien mirado
cuando ya era horizonte,
se asemejaba al viento,
aunque según parece
caminaba potente…
como el Pueblo
 

La mesa 

Él puso los platos y el pan,
los cubiertos y el vino,
sobre la mesa.
Ella puso la comida y un platito
para el gato viejo,
sobre la mesa.
Él puso los vasos limpios
para los hijos,
sobre la mesa.
Ella puso el agua clara,
para los hijos,
sobre la mesa.
Y entre los dos
pusieron la vida
sobre la mesa. 

Conciencia 

La conciencia individual 
llega a la paz en calma. 
La conciencia colectiva, 
cuando toma conciencia, 
produce incontrolables 
terremotos de pájaros. 

Cielo blanco 

No veo el cielo madre, sólo un pañuelo blanco
no sé si aquella noche
yo te estaba pensando
o si un perfil de sombras
me acunaba en sus brazos
pero entré en otra historia 
con el cielo cambiado.

No me duele la carne
que se fue desgarrando
me duele haber perdido 
las alas de mi canto
las posibilidades
de estar en el milagro
y recoger las flores
que caen de tu llanto.

No quiero que me llores,
mírame a tu costado
mi sangre está en la sangre
de un pueblo castigado
mi voz está en las voces
de los "iluminados"
que caminan contigo
por la ronda de Mayo.

No quiero que me llores
ahora que te hablo
mi corazón te crece
cuando extiendes las manos
y acaricias las cosas
que siempre hemos amado:
la libertad y el alma
de todos los hermanos.

No sé si aquella noche
amanecí llorando
o si alguna paloma
se me murió de espanto
la vida
que ha esperado tanto
es el cielo que crece
sobre el pañuelo blanco.

No quiero que me llores,
mírame a tu costado
mi sangre está en la sangre 
de un pueblo castigado
mi voz está en las voces 
de los "iluminados"
que caminan contigo
por la ronda de Mayo. 

Víctor Heredia

Víctor Heredia

Víctor Heredia nació en Buenos Aires en 1947. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A, pero luego se dedicó a su carrera como músico y compositor. Ha recibido innumerables premios y distinciones a lo largo de más de treinta años como artista. Sus canciones están grabadas en la conciencia popular y han servido en muchos casos como estandartes de las luchas populares de los pueblos. Durante la dictadura militar sufrió la persecución personal y familiar, y su obra fue censurada. Fue distinguido en 1996 con el premio Konex de Platino como el mejor compositor de la década. Su actividad, siempre comprometida con lo social, lo llevó a ser miembro fundador del “Llamamiento de los cien para seguir viviendo”, integrante del consejo asesor del “Congreso Pedagógico Nacional”, miembro del consejo de presidencia de la “Asamblea Permanente por los Derechos Humanos”, de la comisión “Los niños primero” de UNICEF, y de la “Fundación para la libre información”.

Todavía cantamos

Todavía cantamos,
todavía pedimos,
todavía soñamos,
todavía esperamos,
a pesar de los golpes
que asestó en nuestras vidas
el ingenio del odio
desterrando al olvido
a nuestros seres queridos.

Todavía cantamos,
todavía pedimos,
todavía soñamos,
todavía esperamos;
que nos digan adónde
han escondido las flores
que aromaron las calles
persiguiendo un destino
¿Dónde, dónde se han ido?

Todavía cantamos,
todavía pedimos,
todavía soñamos,
todavía esperamos;
que nos den la esperanza
de saber que es posible
que el jardín se ilumine
con las risas y el canto
de los que amamos tanto.

Todavía cantamos,
todavía pedimos,
todavía soñamos,
todavía esperamos;
por un día distinto
sin apremios ni ayuno
sin temor y sin llanto,
porque vuelvan al nido
nuestros seres queridos.

Todavía cantamos,
todavía pedimos,
todavía soñamos,
todavía esperamos...
.
Aquellos soldaditos de plomo
.
De pequeño yo tenía
un marcado sentimiento armamentista;
tanques de lata, de cromo y níquel
y unos graciosos reservistas de plomo,
a mano pintados, con morriones colorados
que eran toda una delicia para mi mente infantil...
Yo me creía
-como creía en el honor del paso del batallón
dentro de mi habitación-
que era todo un general dirigiendo la batalla,
y el humo de la metralla acunaba mi pasión
por los gloriosos soldados que, sable en mano avanzaban
sobre aquel cruel invasor que atacaba mi nación...
Sangre de entonces, sangre vertida,
toda mi niñez vencida por el tiempo que pasó.
De las banderas, sólo jirones;
de los morriones empenachados,
sólo un recuerdo desmadejado de dolor...
¿Qué nos pasó, cómo ha pasado?
¿Qué traidor nos ha robado la ilusión del corazón?
Creo que quiero cerrar los ojos
para no ver los despojos
de lo que tanto amaba entonces.
Que vuelva a bruñir el bronce,
que se limpien las banderas;
quiero ver filas enteras de soldados desfilando
y todo un pueblo cantando con renovada pasión.
Quiero de nuevo el honor
aunque no existan victorias,
quiero llorar con la gloria de una marcha militar,
y un banderín agitar,
frente a un ejército popular...
.
Míralo de este modo
.
Te acompleja la muchedumbre,
te preocupa lo que dirán;
hay más piedras en el camino
que las que podrías contar,
pero ahora tienes la fuerza
que te ha dado tu propia voz,
somos muchos sobre la tierra,
muchos hombres en pos del sol.

Míralo de este modo:
todos juntos podemos cantar.
Míralo de este modo:
sopla un viento de libertad.
Míralo de este modo:
si te acercas seremos más;
uno más uno siempre
ha sido fácil para sumar.

Tantos años bajo la tierra,
tantos años buscando el sol
que ilumine nuestro destino,
que acaricie nuestra canción.

Pero ahora vamos andando
nuestro canto resistirá;
paso a paso por el camino
la alegría renacerá.
.
Nada sé de la muerte
.
Nada sé de la muerte
me interesa la vida,
aunque a veces me roce
con su mano tendida
la parábola extraña
de una hoja caída.
Son retazos del tiempo
que se empeña en su oficio
de pasar como el viento
susurrando a mi oído
que este día infinito
se desploma marchito.
Y aunque sea un instante
de dolor desmedido
este paso anhelante
por el mundo y su olvido,
pasaré como el toro
con los ojos bravíos.

No conozco otro modo
de ganar lo que es mío.

Porque de esta manera
soy un hombre más vivo,
huelo la primavera
y oigo cantar al río.
Quiero sólo lo nuestro
lo que es justo y debido;
para eso peleo
para eso he nacido.
Quiero sólo lo nuestro
lo que es justo y debido;
para eso peleo,
para eso he nacido.
.
Ahora, imagínalo
.
Como será nuestro futuro
me he preguntado una vez más,
mirando el turbio desayuno
que siempre tomo al despertar.

E imaginé que será hermoso
como un niño al caminar,
como una flor que despereza
su color en libertad.

Imagínalo, imagínalo.

Habrá palabras nunca dichas
y dicha en nuestro corazón,
lejos del mundo la malicia
será un recuerdo sin valor.
No habrá traidor ni traicionados
ni traición que soportar,
el asesino habrá perdido
su razón para matar.

Imagínalo, imagínalo.

Regresarán nuestros amigos
y cantarán alrededor,
y ya no habrá necios castigos
ni quien censure nuestro amor.
No necesito un camino
ni pensar adónde ir,
ya que el futuro que imagino
lo imagino en mi país.

Imagínalo, imagínalo.

Ojos de cielo. 

Si yo miro el fondo de tus ojos tiernos
se me borra el mundo con todo su infierno.
Se me borra el mundo y descubro el cielo
cuando me zambullo en tus ojos tiernos.

Ojos de cielo, ojos de cielo,
no me abandones en pleno vuelo.
Ojos de cielo, ojos de cielo,
toda mi vida por ese sueño.

Ojos de cielo, ojos de cielo...
Ojos de cielo, ojos de cielo...

Si yo me olvidara de lo verdadero,
si yo me alejara de lo más sincero,
tus ojos de cielo me lo recordaran,
si yo me alejara de lo verdadero.

Ojos de cielo, ojos de cielo,
no me abandones en pleno vuelo.
Ojos de cielo, ojos de cielo,
toda mi vida por ese sueño.

Ojos de cielo, ojos de cielo...
Ojos de cielo, ojos de cielo...

Si el sol que me alumbra se apagara un día
y una noche oscura ganara mi vida,
tus ojos de cielo me iluminarían,
tus ojos sinceros, mi camino y guía.

Ojos de cielo, ojos de cielo,
no me abandones en pleno vuelo.
Ojos de cielo, ojos de cielo,
toda mi vida por ese sueño.

Ojos de cielo, ojos de cielo...
Ojos de cielo, ojos de cielo...

Sobreviviendo

Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron;
sobreviviendo, dije, sobreviviendo.


Tengo un poema escrito más de mil veces,
en él repito siempre que mientras alguien
proponga muerte sobre esta tierra
y se fabriquen armas para la guerra
yo pisaré estos campos sobreviviendo.


Todos frente al peligro, sobreviviendo,
tristes y errantes hombres sobreviviendo.


Sobreviviendo...sobreviviendo...


Hace tiempo no río como hace tiempo
y eso que yo reía como un jilguero,
tengo cierta memoria que me lastima
y no puedo olvidarme lo de Hiroshima.


Cuánta tragedia sobre esta tierra,
hoy que quiero reírme apenas si puedo,
ya no tengo la risa como un jilguero,
ni la paz de los pinos del mes de enero;
ando por este mundo sobreviviendo.


Sobreviviendo...sobreviviendo


Ya no quiero ser sólo un sobreviviente,
quiero elegir el día para mi muerte.
Tengo la carne joven, roja la sangre,
la dentadura buena y mi esperma urgente,
quiero la vida de mi simiente.


No quiero ver un día manifestando
por la paz en el mundo a los animales,
cómo me reiría ese loco día,
ellos manifestándose por la vida
y nosotros apenas sobreviviendo...


Sobreviviendo...sobreviviendo...  

Informe de situación

Paso a detallar a continuación
el suscinto informe que usted demandó;
duele a mi persona tener que expresar
que aquí no ha quedado casi nada en pie.

Mas no desespere, le quiero aclarar
que –aunque el daño es grave -

bien pudiera ser
que podamos salvar
todo el trigo joven,
si actuamos con fe
y celeridad.


Parece ser que el temporal
trajo también la calamidad
de cierto tipo de langosta,
que come en grande y a nuestra costa
y de punta a punta del país
se han deglutido todo el maíz.


A los manzanos se los ve
cayendo antes de florecer,
se agusanaron los tomates,
y a las verduras, por más que trate,
ya no hay manera de hacerles bien...


Ya no sé qué hacer
ni tengo con quién.


La gente duda en empezar
la tarea dura de cosechar,
lo poco que queda se va a perder
si, como le dije, no ponemos fe
y celeridad.


Y entre los males y los desmanes
hay cierta gente que – ya se sabe -,
saca provecho de la ocasión;
comprando a uno lo que vale dos
y, haciendo abuso de autoridad,
se llevan hasta la integridad.


Suscribo nombre y apellido
y ruego a usted tome partido
para intentar una solución,
que bien podría ser la unión
de los que aún estamos vivos
para torcer nuestro destino...


Saluda a Ud. un servidor.